El doctor JuAn
Guillermo Sanz Málaga
Dr. Jesús Baldomero Valdez Herrera
AN Academia Nacional de Medicina
Miembro Honorario de la Sociedad de
Gastroenterología del Perú
Arequipa, Septiembre de 2016
Forma parte el doctor Juan Guillermo Sanz
Málaga de un excepcional grupo de médicos arequipeños que fueron protagonistas
de una de las etapas de mayor adelanto en la medicina de Arequipa, tal como
ocurrió con el inicio de la enseñanza en la Facultad de Medicina de la
Universidad Nacional de San Agustín en el mes de marzo de 1958 y la puesta en
funcionamiento del Hospital General de Arequipa en el mes de julio de 1960,
circunstancias que permitieron que excelentes profesionales, la mayoría de
ellos recientemente formados y especializados, brindaran a Arequipa y al Sur
del país una atención médica de alta eficiencia y calidad, que difícilmente
será superada aun en nuestros tiempos.
Nació el doctor Sanz en la calle Tocrahuasi, en La Acequia Alta, hermoso
anexo del distrito de Cayma en Arequipa, que era un pueblo en su mayoría de labriegos,
pequeños agricultores, huerteros y ganaderos, un 12 de mayo de 1925.
La Acequia Alta está ubicada al borde
del valle de Chilina, de incomparable belleza y fuerza paisajista y telúrica y
que a fínales del siglo XIX formara parte de uno de los escenarios más bellos
de la literatura arequipeña como es el caso de la novela romántica, épica,
heroica e histórica escrita por María Nieves y Bustamante, llamada Jorge o el
Hijo del Pueblo.
En el libro de poemas “La Casa del
Silencio” el doctor Sanz hace esta hermosa evocación:
ACEQUIA
ALTA: MI PUEBLO
Las campanas llaman a nostalgia
y el rio acelera el embarque de los recuerdos
El pueblo duerme con rumor de río
Echándose a la espalda una canción atrasada.
Los caminos acostumbrados a los pasos de la gente
se quedaron entre el reposo y las despedidas.
La gente regresa con lampas
atravesadas sobre los hombros,
de la misma manera que llevo yo,
los recuerdos en el alma
que sin pensar van en la misma dirección.
En este pueblo viejo abro una puerta antigua
y la cruzo como la voz suave del agua,
como la luz con que rezan las estrellas.
Quiero alumbrar una tierra ajena
como se alumbra el camino propio.
Hacer una canción que quede a flor de tierra
y crear una noche que no muerda
para que las estrellas me reciban
como cuando era niño
y dormía en la chacra mirando el cielo.
Debo aprender en silencio
cómo debe ser el descanso
y cómo se puede encontrar
la suavidad de las cosas
para saber el manejo del trigo y del sudor
evitando que sin dirección se quemen los pasos.
Al amparo de la ley del tiempo
se va modelando la arcilla de los recuerdos.
La nostalgia se adorna con árboles y cielo
y mete las manos en el agua del tiempo.
AQP – 12 – Marzo
– 1991.
Fueron sus padres el señor don Manuel Sanz Neyra, agricultor nacido en
el pueblo de Cayma y la señora doña Carmen Málaga Linares natural de Quequeña,
bucólico pueblo cercano a Yarabamba; eran cuatro hermanos, “dos hombres y dos
mujeres” y al ser su madre profesora, fue ella quien le enseñó a leer y a
escribir y volcó en él la sólida formación moral que lo ha acompañado por
siempre en su vida.
El primer y segundo año de primaria los cursa en el Colegio San
Francisco donde no se siente bien, pues hay una dolorosa separación entre
“ccalas” y “chacareros”, lo que se hace más evidente en las circunstancias de
su Primera Comunión. Por estas razones continúa sus estudios en la Escuela
Fiscal N° 958 del profesor Don Armando Rivera Muñoz (“Cacho Rivera”) en la
calle Santa Marta y recuerda con mucho cariño y afecto a las profesoras
señoritas Marcela “chocha” Rivera y Carmen Rodríguez Málaga quienes brindaban
mucho cariño y calidez a sus alumnos; en ese entonces y hasta bien entrados los
años 60, las escuelas arequipeñas eran famosas por la calidad de la enseñanza y
el prestigio de sus Directores o Directoras y profesores y era una costumbre
muy arraigada que los Directores vivieran con sus familias en los locales que
abrigaban a las escuelas, que por lo general ocupaban grandes y espaciosas casonas
en el centro de la ciudad.
El quinto y sexto año de primaria así como toda la educación secundaria
las hace en el Colegio Nacional de la Independencia Americana de Arequipa entre
los años de 1936 – 1942 y tiene la suerte y fortuna de conocer al gran educador
y Director don Horacio Morales Delgado conocido con el imperecedero apelativo
de “El Zambote Morales”.
Sobre todo por ruegos de su madre es que decidió estudiar medicina y son
ya muy conocidas las enormes dificultades de los arequipeños para acceder a las
aulas de San Fernando en la Universidad Mayor de San Marcos en Lima para
estudiar esta profesión y especialmente por esta razón es que se prepara e
ingresa a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile en el año de 1943,
graduándose con distinción, de Médico Cirujano, en el mes de enero de 1952.
Hay
dos acontecimientos muy importantes en la vida del doctor Sanz cuando era
estudiante de medicina en Santiago de Chile.
El primero de ellos, ocurre nueve días
antes de cumplir los 21 años, cuando cursaba el segundo año de medicina y es
que al tratar de subir a un tranvía acoplado en la Av. Independencia de
Santiago de Chile resbala y es arrollado, y por la gravedad de las lesiones
sufridas, es sometido a una doble amputación de las piernas, estando varios
días al borde de la muerte. Recuerda con especial cariño y afecto al profesor
de Cirugía cardiovascular el doctor Adolfo Escobar Pacheco (según el doctor
Sanz muy parecido al notable profesor y cirujano arequipeño don Víctor Tejada
Gutiérrez).
Fue el doctor Escobar quien le refirió
al doctor Sanz que había perdido las dos piernas y le preguntó qué era lo que
él pensaba hacer, a lo que el doctor Sanz le respondió que seguiría estudiando
pues para eso había venido a la ciudad de Santiago de Chile…; el profesor
Escobar le puso las dos manos en el brazo, se dio la vuelta y se fue derramando
lágrimas.
El doctor Sanz no se sintió ni derrotado
ni disminuido. Nada cambió en su vida ni afectó su psiquismo ni mucho menos
fueron comprometidas sus aspiraciones ni sus estudios – ni que decir de sus
enamoramientos -. No se postergó en nada, pescaba en el mar y siempre ha
tratado a los demás y fue tratado por todos como un igual. La vida continuó y
él continuó en la vida.
El segundo acontecimiento de
trascendencia ocurrió el día 7 de julio de 1951 cuando se casó con la bella
dama de San Fernando (una localidad cercana a Santiago de Chile), señorita
Gloria Cucullú, teniendo este matrimonio cuatro hijos, “dos hombres y dos
mujeres”. Ella falleció hace poco tiempo en Arequipa con más de 60 años de
matrimonio.
Recuerda
con mucha gratitud a sus profesores de la Universidad de Chile como fueron los
doctores Adolfo Escobar Pacheco, Hernán Alessandri Rodríguez, profesor de Medicina
y Clínica, y el eminente cardiólogo doctor don Emilio del Campo. Guarda casi
con devoción el carnet N° 3296 del Colegio Médico de Chile – Regional Santiago conferido
en el año de 1951.
Regresa a Arequipa en el mes de enero de 1952 y es médico ad-honorem del
Servicio de Medicina en la Sala San Vicente de Paúl del Hospital Goyeneche,
cuyo jefe era el doctor Félix Lazo Taboada, prestigioso profesional de la
ciudad “de raciocinio rápido y preciso como médico, culto, pausado y reflexivo
como persona” y quién pocos años después cumpliría un importante rol en la
creación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Agustín
de Arequipa, al integrar como secretario en el año de 1955 la Comisión
Organizadora presidida por el Rector doctor don Isaías Mendoza del Solar,
asesorada por el doctor Eleazar Guzmán Barrón e integrada además por los
doctores Ernesto Rodríguez Olcay y Javier Llosa García.
Tuvo mucha amistad con el doctor Avalos Málaga y en mayo de 1954
concursa para Médico Auxiliar de Medicina, en la Sala El Carmen del Hospital
Goyeneche cuyo jefe era el doctor José Arenas, y ahí permanece hasta el mes de
julio del año de 1960.
Vienen a su memoria circunstancias tales como el tratamiento de la
disentería amebiana con Aceite de Ricino… !!! y no habían hemorragias ni
perdida de mucosa ni perforaciones y los pacientes mejoraban y se curaban…!!! y
el tratamiento de la glomérulo nefritis aguda era con diuréticos mercuriales…
Eran médicos de esta Sala el cardiólogo doctor
Julio Lopera Quiroga y el internista Manuel Ávila Pantigoso, ambos sanmarquinos
y a quienes se les conocía como “los médicos de peso”; eran notables las
visitas médicas que pasaban pues eran dictados de la verdadera enseñanza de la
medicina, con un profundo sentido humano, comprensivos y compasivos,
meditabundos y exteriorizando a cada momento su espléndida formación médica
valorizando la aproximación al paciente y el orden y la importancia de la
Historia Clínica y de la terapéutica, aunque por la noche esta última era
modificada por la Madre de la Sala… quien tenía la última palabra.
En 1954 el doctor Sanz es becado por la Universidad de Chile en donde
aperfecciona sus estudios de cardiología con el doctor Francisco Rojas
Villegas, que complementan las enseñanzas iniciales de los doctores del Campo y
Alessandri en Santiago de Chile y la valiosa experiencia adquirida en el
Hospital Goyeneche.
Como ya ha sido mencionado, en julio de 1960 entra en funcionamiento el
Hospital General de Arequipa, notable y moderna institución de la salud que por
lo menos en sus primeros 15 años de servicio no ha sido igualada.
Por concurso el doctor Sanz es nombrado
Jefe del Servicio de Cardiología, cargo que ocupa hasta su jubilación en el año
de 1983. En estos años se establece y se practica la enseñanza de la medicina
cardiológica en Arequipa, ya que el doctor Sanz es docente nombrado de la
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Agustín hasta jubilarse
como Profesor Principal de Medicina en el año 1998, y siendo además jefe de la
Unidad de Cardiología.
En el Hospital General tuvo grandes amigos como es el caso de los
doctores Julio Lopera Quiroga y Fuad Jarufe Mazzo, a quienes los consideraba
como sus “hermanos del alma”.
Conoció al doctor Javier Llosa García el
año de 1953 gracias a un aviso del diario “Noticias”, de que había una reunión
de la Asociación Médica de Arequipa, presidida en ese entonces precisamente por
el doctor Llosa, médico del Hospital Obrero y egresado de la Facultad de
Medicina de San Fernando en el año de 1942, junto a otro notable cirujano
arequipeño como fuera el doctor Guillermo Ballón Landa Arrisueño. Al ser
elegido el doctor Sanz secretario de la mencionada asociación, pudo conocer y
reconocer en el doctor Llosa a la mente más brillante en el orden
administrativo y organizacional, además de su amplia cultura y conocimiento médico
siempre actualizado, muy claro en sus afirmaciones y de excelente raciocinio
clínico y capacidad diagnóstica.
Recuerda con afecto al doctor Carlos Neuenschwander Landa graduado en
Montevideo también en el año de 1942, bellísima persona, conversador, culto,
leal, generoso, geógrafo, historiador, arqueólogo, paleontólogo, explorador y
aventurero y además… Medico Clínico y Psiquiatra.
Pasando visita médica en el Servicio de
Medicina Mujeres del segundo piso del Hospital General, al interno a cargo de
una de las salas se le conocía con el sobrenombre del “Chusco” Valencia ya
fallecido. El doctor Neuenschwander le pidió que presentara a una de los
pacientes a lo que el Interno Valencia respondió: “Dr. Neuenschwander, le
presento a la señora María Rodríguez Rodríguez; Sra. Rodríguez, le presento al
Dr. Carlos Neuenschwander”.
Médicos de ese inolvidable Hospital General y Facultad de Medicina, son
recordados con admiración y afecto. Así desfilan por la memoria del doctor Sanz
además de los ya mencionados, los doctores Félix Náquira Vildoso, notable
profesor, parasitólogo y Decano de la Facultad de Medicina, uno de los hombres
más sencillos y bondadosos que ha conocido. Recuerda también a los cirujanos
doctores Víctor Tejada Gutiérrez, Héctor Tejada Zavala, a don Jorge Becerra de
la Flor y a don Carlos Galdo Cavieses, al doctor Pedro Yúgar Gallegos (en
opinión del doctor Sanz un admirable cirujano, formado en la Universidad de San
Andrés de La Paz en Bolivia) al caballeroso y distinguido doctor don José Eguren Cáceres y tiene muy presente
al doctor Alfredo Barreda Bebin, inteligente y de un amplio conocimiento y
siempre actualizado en los temas de su especialidad.
Sintió una especial admiración y
deferencia por los doctores Alejandro Boza Revilla y Willy Morales Gonzales, a
quienes conoció en la década de los años 60 en el Hospital General y no
solamente los orientó en el conocimiento de la especialidad de cardiología sino
que conjuntamente formaron un equipo que innovó la investigación de esta
especialidad, amplió los conocimientos de la misma, circunstancias que
permitieron el adelanto en el diagnóstico, en el manejo y en la conducta
terapéutica de los enfermos y abrió un panorama muy amplio de investigación
clínica y fisiológica de la rica patología que existía en ese entonces en los
pacientes que buscaban atención en el Servicio de Cardiología y posibilitó que
los importantes resultados obtenidos sirvieran de base como temas inéditos de
publicaciones y Tesis de Graduación, llevando inclusive a la obtención de
merecidos reconocimientos y premios tanto en Arequipa como a nivel nacional.
Propició el ya estructurado Servicio de
Cardiología, la formación de médicos cardiólogos que han heredado de una o de
otra manera los brillantes conocimientos del equipo primigenio que integró el
doctor Sanz, y estos cardiólogos se han destacado sea como profesores o
investigadores y han ocupado importantes
puestos tanto administrativos como asistenciales, como docentes, tal
como es el caso de médicos directores, gerentes médicos o jefes de servicio,
enalteciendo en todos los casos las enseñanzas heredadas del fundador de la
cardiología arequipeña, don Juan Guillermo Sanz Málaga.
En la actualidad hay distinguidos
médicos de diferentes especialidades que recuerdan con cariño las reuniones no
solamente sobre temas médicos, sino sobre todas las fases de la cultura humana,
que iban desde la Poesía hasta la Historia, reuniones que se realizaban casi
siempre en la residencia del doctor Sanz y en la que el impartía las enseñanzas
del verdadero maestro en todos los ámbitos de discusión que ahí se tocaban.
Un día de tantos estuvieron junto con el doctor Sanz los doctores Julio
Lopera Quiroga, Fuad Jarufe Mazzo y José Eguren Cáceres y se preguntaban si
desde siempre habían querido ser médicos. Solo el doctor Eguren respondió que
desde niño le gustaba mucho la medicina y que esa sería su profesión; los demás
fueron médicos por otros razones, pero el doctor Sanz los dijo que siempre quiso
ser “vagabundo por el mundo”.
COMIDA
Y SOLEDAD
Mi deuda viene de atrás,
de haber callado todas esas cosas que uno guarda
y que luego en imposible decirlas
porque pasó su tiempo.
También vienen de hoy,
por no tener ojos ajenos con quien llorar
y de mirar con lágrimas nuevas ausencias viejas.
Con estos versos estoy aprendiendo a escribir
las primeras letras de lo que duele su ausencia.
AQP. – 13 –
julio – 1976
Ha escrito libros de medicina junto a los doctores Lopera, Jarufe y
Sobenes Paulet, como son “Exploración Semiológica del Corazón” en 1975,
“Semiología Medica” en 1976 y “Electrocardiografía Clínica” en 1977.
Sobre todo ha dado ha conocer muy
limitadamente tres valiosos y conmovedores libros de poesía entre los años de 1979
y 2014 como son “Apero de Palo”, ”Envejecí Viviendo” y “La Casa del Silencio”.
En sus años de estudiante secundario y universitario ya escribía poesía, y especialmente
su madre la recopiló en un libro que se llamó “Corazón Adentro” editado en 1949
con muy bellos poemas, pero que lamentablemente el libro no ha sido difundido
pero existe un ejemplar guardado muy celosamente como una reliquia por uno de
sus familiares libro al cual he tenido el privilegio de tener acceso.
La poesía del doctor Sanz es admirable, conmovedora y a veces
profundamente triste y que evidencian una rara belleza del alma y del corazón.
Después de leerla mí aprecio y admiración hacia él me hicieron sentir un
especial orgullo por haberlo conocido y a la vez de sentirme muy honrado y
privilegiado con nuestras inolvidables conversaciones.
ESCALAS
DEL TIEMPO
Alguien se preguntará:
¿Qué hace Guillermo que no se le ve?
¡Y mi casa queda tan cerca!
Quiero decirles lo que sucede conmigo.
Entre el olvido y los recuerdos me falta tiempo
para salir al campo, al mar.
Su luz y sonido son mi herencia de alegría.
La edad me ha puesto otros ojos para nacer de
veras,
para ver la luz que antes era invisible,
y lo que era sombra está desapareciendo.
Con los años el alma crece mientras el cuerpo cae.
Solo los sueños no envejecen.
Buscamos en el olvido donde perdimos tanto,
y en los recuerdos donde tanto dejamos.
También buscamos lo que no perdimos
y todavía nos espera.
AQP
– 1° - Abril - 2006
JUEGO
DE VIDA
En el tiempo todo sigue naciendo:
algo se aprende y algo se olvida.
Es la copa de la vida que se llena y se vacía
y se vuelve a llenar
para justificar lo que se va perdiendo
AQP – 6 –
Febrero – 2008.
El doctor Sanz ha admirado en su vida especialmente a dos personas como
fueron el Profesor de Medicina Interna de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Chile, el doctor Hernán Alessandri Rodríguez y al santiguador
moqueguano Aurelio Bustíos a quien conoció en Mejía y a donde llegó caminando
desde Moquegua y a través del Valle de Tambo, y quien afirmaba “que vivía en
cualquier parte… por eso es que vivo”; vivía la vida con los ojos de la mente y
no envidiaba nada ni a nadie.
Uno de los grandes placeres y momentos felices de su vida, los pasó en
Mejía, en su casa con su familia, viendo a sus hijos crecer llenos de risas,
ingenio y alegría.
El
doctor Sanz fue presidente de la Sociedad Arequipeña de Cardiología y Profesor
Principal de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de
San Agustín donde también fue Profesor Emérito, Diploma y Medalla de Oro de la
Ciudad de Arequipa y Diploma y Medalla de Honor de la Universidad Nacional de
San Agustín, pero tuvo muchos otros premios, asesorías de Tesis y además de los
libros publicados sobre medicina y los de poesía ya mencionados. Fue además un
destacado Académico Emérito de la Academia Nacional de Medicina.
Para él, el Homenaje y Distinción que
más lo ha honrado fue el que se le hizo en el año 2013, cuando el Hospital
Regional Honorio Delgado Espinoza, antes Hospital General de Arequipa dio el
nombre del doctor Juan Guillermo Sanz Málaga al Servicio de Cardiología. El consideraba
que todas las demás distinciones fueron vanidades.
Falleció
el Dr. Juan Guillermo Sanz Málaga el día 20 de junio del año 2016 en su casa en
el distrito de Yanahuara en la ciudad de Arequipa, y rodeado de su familia. Sus
cenizas fueron esparcidas en el mar de Mejía, en la provincia de Islay, lugar
que él tanto quiso y en el que pasó momentos de mucha felicidad y sosiego y que
siempre le gustaba recordar.
Es un honor haber sido su sobrina y haber compartido tantas cosas, tantos conversas eternas, comiendo buñuelos, riendo por tonteras, acompañándolo al tiro alto, al Hospital Traumatológico de Santiago, muchos, muchos recuerdos y todos maravillosos. Hoy son parte de mi y para no olvidar nada, cuento a mis hijas sus reflexiones y consejos.
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